Descubierto ya el personaje escondido tras la composición musical del pentagrama, solo nos quedaba disfrutar de Mozart y su sonata, y que mejor manera de hacerlo que a través del arte.
La siguiente dinámica permite a los niños y niñas potenciar su creatividad a través de dos vías, la música y el arte, teniendo como único hilo conductor sus sentimientos y emociones. Es una actividad libre en la que solo les puse tres consignas.
Con estas tres reglas, mis pequeños y pequeñas se pusieron manos a la obra.
No podían hablar para no molestar a sus compañeros y compañeras,
Si cambiaban de color debían de limpiarse el dedo para no mezclar los colores en la paleta, aunque si podían hacerlo en el lienzo.
Debían de sentir la música al pintar.
Con estas tres reglas, mis pequeños y pequeñas se pusieron manos a la obra.
Lo primero que hicimos fue una relajación guiada para que pudiesen escuchar previamente la pieza. En ella trabajamos la respiración y fuimos conscientes de la cantidad de instrumentos que tocaban.
Tras esto, hicimos 5 equipos que distribuimos por el aula a modo de museo y !manos a la obra!
Os dejo el vídeo que para mi es una maravilla. Observar como cambiaban el trazo según el trozo de la obra y la intensidad de la pieza e incluso escuchar por qué escogían el color negro en determinados momentos hizo que la experiencia fuese magnífica.
Sin duda una actividad muy recomendable.
Para finalizar dimos una vuelta por la clase para poder observar las producciones de nuestros amigos y amigas fomentando así el gusto estético y la competencia cultural y artística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario