El cuadro que empezamos a trabajar invita a pensar que su base es una manta de arena de colores y es por tanto que queríamos transmitir esa sensación en nuestro cuadro.
Tras observar la obra de arte y los paquetes de sal les plantee a mis niños ¿Qué podíamos hacer? Seño, pintar la sal para ponerla detrás" decía alguno. "Me parece buena idea!" "Pero ¿Y cómo la pintamos?" pinturas, rotus, plastilina, ceras,... fuimos probando con todo lo que se les ocurrió, y no funcionaba, la sal seguía de color blanco.
Hasta que a una de mis soletes se le ocurrió probar con la tiza, y tachán! funcionaba, así que nos pusimos manos a la obra y por equipos decidimos crear una caja de sal de cada color, luego las repartiríamos y así sería más rápido.
Cogimos un plato con un poco de relieve y con las tizas pintamos sobre él, en el mismo plato habíamos puesto sal, y poco a poco la fuimos tiñiendo.
Una vez que teníamos la sal preparada, fuimos poniendo cola en las cartulinas y la echamos como nos gustó.
Os dejo una muestra para que lo comprobéis con vuestros propios ojos.
Hasta que a una de mis soletes se le ocurrió probar con la tiza, y tachán! funcionaba, así que nos pusimos manos a la obra y por equipos decidimos crear una caja de sal de cada color, luego las repartiríamos y así sería más rápido.
Cogimos un plato con un poco de relieve y con las tizas pintamos sobre él, en el mismo plato habíamos puesto sal, y poco a poco la fuimos tiñiendo.
A algunos nos quedó más lleno que a otros, en función de la cantidad que echábamos, tanto de sal como de cola.
Lo dejamos secar y nos quedaba dibujar los dibujos negros. Con un bote de ketchup con pintura negra dimos rienda suelta a nuestra imaginación y los cuadros quedaron tan originales que no hay uno igual a otro.
Os dejo una muestra para que lo comprobéis con vuestros propios ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario