El viernes pasado Unai nos pidió permiso para traer sus bolos, le encanta jugar con ellos, y le dejamos que los trajese para que nos enseñase a jugar.
Así que nos salimos al patio, pues hacía un día espléndido, y decidimos que íbamos a aprender matemáticas.
Cualquier recurso es bueno si resulta motivador, y que hay más motivador que algo que nos trae un niño de casa. Cuando traen cosas de casa es porque les gustan mucho y es esta una buena oportunidad para sacarle el máximo provecho posible, así que eso es lo que hicimos.
Trabajamos la coordinación óculo-manual, el conteo, la discriminación de la grafía y la asociación de la cantidad y la grafía además de el desarrollo de habilidades como lanzar, colocar los bolos o controlar la fuerza. !Qué montón de cosas!
Por turnos fuimos saliendo de uno en uno, tirábamos el bolo y contábamos cuántos bolos habíamos tirado, luego nos acercábamos a una bolsa llena de números y cogíamos el número correspondiente al número de bolos que habíamos tirado.
Estábamos súper motivados y hasta contábamos mejor que algunas veces, pues estábamos muy muy concentrados.
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