Para llevarla a cabo elegimos dos tipos de música, yo en este caso utilicé música clásica y rock. Preparamos dos trozos de papel para cada niño a modo de lienzo, y les dejamos pintura, pinceles y agua. (colores primarios, blanco y negro).
Les explicamos que vamos a pintar a través de los sentimientos, porque ¿No es cierto que a veces la música nos alegra, nos entristece, nos hace bailar, reír e incluso llorar?Les invitamos a reflexionar sobre ello.
Después les pedimos que crucen los brazos, apoyen su cabeza y cierren los ojos, e intenten imaginar que les sugiere la canción, que sienten, que quieren dibujar en su mente en su imaginación, hablamos de sentimientos.
Les ponemos la canción, les preguntamos que han sentido si les ha gustado y a continuación les damos el papel para que pinten con la misma canción escuchándola de fondo.
Limpiamos todo, apartamos los dibujos, y repetimos la actividad, esta vez con rock.
La experiencia es magnífica, la observación de los pequeños pintando con los distintos tipos de música y los resultados merecen la pena.
Al final reflexionamos acerca de lo que les ha parecido.
Allí os dejo mi experiencia:
Hemos descubierto que las obras hechas con música clásica tienen colores más claritos y menos pintura
que las que hemos hecho mientras escuchábamos música rock,las cuales tiene colores más oscuros, más pintura en el cuadro y más cantidad de color negro.
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